Shigeru Ban – Catedral de cartón de Christchurch

En los últimos años del pasado siglo, el arquitecto japonés Shigeru Ban comenzó a experimentar con materiales constructivos no convencionales, como el papel y el cartón, reflexionando sobre las bondades de ambos materiales: escasos residuos generados en la construcción, rapidez constructiva, buenos comportamientos acústicos, térmicos y su disponibilidad en todos los sitios del mundo. Con estos materiales como base, Shigeru Ban diseñó una serie de viviendas temporales para albergar a los damnificados del terremoto de Kobe de 1994 que supuso su salto a la primera plana del mundo arquitectónico y la primera vez que los materiales basados en el papel eran tomados en serio como elementos constructivos.
En muy poco tiempo, levantó una retícula de viviendas de 52 metros cuadrados mediante tubos de papel cimentados en cajas de cerveza rellenas de arena y cubiertas por un cerramiento textil fácilmente desmontable para favorecer la ventilación. El coste de cada módulo no superaba los 2.000$. Dentro de la misma actuación se incluye una iglesia de papel , ya desmontada, realizada con tubos de cartón y en la que ya se aprecia la carga compositiva y el diseño de Shigeru Ban, tendiendo al minimalismo en sus inicios, con elementos propios del mundo oriental y una sensibilidad heredada de la cultura nipona (a pesar de haber cursado sus estudios fuera del país, en Estados Unidos).
En el camino recorrido desde entonces, varias obras han contribuido a hacer de Shigeru Ban no tanto un arquitecto reconocido por el gran público no especializado, pero sí una figura respetada dentro del mundo de la arquitectura, con obras que cuidan a la perfección los detalles mientras que las poco convencionales estructuras de madera, papel y cartón ofrecen construcciones de una carga formal y visual muy impactante. Podemos citar como ejemplos el pabellón de Japón para la exposición universal de Hannover (2000), el Centro Pompidou-Metz (2010), el «puente de papel» (2007) junto al Pont du Gard, o cualquiera de sus cuidadas viviendas como la casa sin muros (1997), la casa de papel (1995) o la Quinta Botanica (2009).
En Christchurch, Nueva Zelanda, se enfrentaba al reto ya conocido de disponer de poco tiempo para levantar una gran estructura que sirviese para sustituir a la icónica catedral, dañada por el terremoto que asoló las islas en el año 2011, durante el tiempo que durasen las reparaciones en la misma, estimado de modo aproximado en diez años. Para ello, Shigeru Ban utilizará un basamento realizado con ocho contenedores metálicos sobre los que se alza la estructura en forma de V invertida realizada con tubos de cartón tratados con una capa de poliuretano transparente para evitar la humedad y una capa ignífuga, método ensayado, utilizado y perfeccionado por el arquitecto japonés en otras obras (el tratamiento contra el fuego fue uno de los principales quebraderos de cabeza en el pabellón de la Expo de Hannover).
Entre los tubos, finas hendiduras de luz se filtran a través de una piel exterior de metacrilato otorgando al interior dela calidez inherente a la obra de Shigeru Ban, incluso con la utilización de un material con poca nobleza arquitectónica. Este es el principal logro de la arquitectura del arquitecto nipón. Para completar la obra, una fachada triangular con vidrieras de colores dónde se insinúan trazos de las pertenecientes a la antigua catedral reciben al visitante y sirven de icónica fachada para una obra de referencia, culmen del trabajo de Shigeru Ban, que en este 2013 nos ha dejado su primera obra (temporal) en España en forma de pabellón para el Instituto Empresa de Madrid.
Noticia via Archdaily Plataforma Arquitectura Inhabitat
Fotografías obtenidas del perfil en Flickr de Jocelyn Kinghorn, de Christchurch City Libraries y de la página web de Shigeru Ban Architects.
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